
Linda Timbers, una enfermera del Servicio Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés), siempre había tenido claro su sueño: vivir, al menos durante un tiempo, en una casa flotante. Una experiencia que para ella resultaba maravillosa, pero también algo cara. Pero no importaba, era su sueño y estaba dispuesto a cumplirlo.