
Si flash fuera español, posiblemente fuese Mohamed Attaoui, o al menos se parecería bastante. Un marroquí nacionalizado español que con apenas 23 años no para de dar pasos agigantados para dejar huella en la historia del atletismo, un devorador de récords que acaba de romper los primeros en su primera gran temporada, destrozando registros que en su día atesoraron Jesús Gómez o Fermín Cacho en los 1.000 metros. Además de conseguir la octava mejor marca de la historia en los 800 metros (1:42.04) y terminar quinto en la final olímpica.