
En 2009 saltaron todas las alarmas cuando se detectó en el Delta del Ebro la presencia de unos huevos rosas pertenecientes a una especie invasora. Ahora, 15 años después, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha alertado de la existencia de estos huevos tan llamativos en territorio español. El culpable es el caracol manzana, un animal que aunque aparentemente es inofensivo, puede causar graves problemas en el ecosistema.