Asociamos el gotelé a algo malo. Es algo que no nos gusta, que podemos ver en la casa de los demás, pero no en la nuestra. Muchas personas a la hora de buscar casa ponen como condición que las paredes sean totalmente lisas. En las viviendas de obra nueva no solemos encontrar problemas, pero cuando adquirimos una casa de segunda mano, sobre todo aquellas situadas en el centro de ciudades como Madrid, el gotelé o el papel pintado es algo casi inevitable.