El líder militar de Sudán condenó lo que calificó como un «intento de golpe de Estado» después de un día de intensos combates que dejaron al menos 180 muertos en el país y vieron cómo los hospitales eran atacados con misiles mientras luchaban por salvar vidas. Abdel Fattah al-Burhan, quien está involucrado en una sangrienta lucha por el poder que se ha apoderado de Sudán durante tres días, le dijo a CNN que el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) está liderando «un intento de golpe de Estado y rebelión contra el Estado».
Los enfrentamientos estallaron por primera vez el sábado entre el ejército del país y las RSF, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, también conocido como Hemedti, quien le dijo a CNN el domingo que el ejército había roto un alto el fuego humanitario temporal mediado por la ONU. Burhan, quien junto a Dagalo derrocó al líder de Sudán Omar al-Bashir en 2019 y desempeñó un papel clave en el golpe militar dos años después, dijo que su antiguo aliado se había «amotinado» contra el Estado y, si era capturado, sería juzgado en un tribunal de justicia. El lunes, los residentes de la capital, Jartum, soportaron sonidos de artillería y bombardeos de aviones de combate. Los enfrentamientos volvieron a estallar alrededor del edificio del Comando del Ejército y el Palacio Presidencial en la capital, Jartum, dijeron testigos presenciales, mientras aviones de combate sobrevolaban la capital y las defensas antiaéreas terrestres disparaban contra los aviones.
Un testigo presencial que se refugió en la capital sudanesa le dijo a CNN que el lunes ha sido el día más intenso de bombardeos desde que comenzó el estallido de violencia el sábado. Se escucharon fuertes explosiones de bombas en la ciudad de Bahri, en el norte de la capital, Jartum, agregaron testigos. Los hospitales del país, que carecen de suministros de sangre y equipos para salvar vidas, están siendo blanco de ataques militares tanto por parte del Ejército como de las RSF, según relatos de testigos presenciales a CNN y dos organizaciones de médicos, lo que impide que el personal médico llegue a los heridos y entierre a los muertos.